6/26/2013

Intención de voto


   Votaría a un programa político cuyos dos únicos puntos fuesen: 1. Reformar la ley de referéndum para que, cumplido un quórum del 50%, todos y cada uno, en igualdad de condiciones, legisláramos sobre cualquier materia directamente, y 2. Una ley de iniciativa legislativa popular que permitiese a diez mil suscriptores proponer referendos sobre toda clase de normas.

6/20/2013

Defender la pintura (sobre NO LLORES POR MI, ARGENTARIA de Miguel Fructuoso)


Miguel Espinosa construyendo un avión para largarse de aquí
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 114 x 146 cm.

    En un primer acercamiento a estos cuadros de Miguel Fructuoso, sentí la tentación de dejarme llevar por el tropel de evocaciones que muchos de los personajes que recrean provocaba en mi ánimo, de manera diría que irremediable, por utilizar un término característico de uno de ellos: Miguel Espinosa, puesto que forman parte de mi particular canon, son también mis héroes y maestros, figuras que han marcado mi trayectoria como lector, hitos de un panteón sagrado a los que no he cesado de regresar una y otra vez, encontrando siempre un caudal inagotable de goces, estímulos y consuelo.
    Cómo no fundirse con el «Je est un autre» de Rimbaud, o con las aventuras psiconáuticas de Burroughs, o con los espíritus libres a los que Nietzsche interpelaba, a los que buscó incansablemente, creándolos al fin desde su pensamiento vivo, o con las visiones de futuro de Huxley, que tan espantosamente nos asedian a diario, obligándonos a reconocer que estamos empantanados, en el polo opuesto a la sabiduría de lugares como su isla... La isla... cuya lectura tendido en la arena dorada me sobrecogiera bajo el limpio cielo azul frente al Mediterráneo, siendo apenas un niño que se preguntaba cómo había soportado Espinosa pasar tanto tiempo en Murcia, donde yo apenas alcanzaba a desfogarme con el rock & roll, quemando endemoniadamente los fines de semana mientras devoraba libros con avidez insaciable, presa de oscuras premoniciones.
    El panorama que presenta No llores por mi, Argentaria es terrible. Se diría que, de tener la oportunidad, Murcia hubiera nombrado a Goebbels Gran Pez con la misma cínica desenvoltura con la que invitó a Carl Schmitt a sentar cátedra en su universidad.



Rimbaud vs...
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 100 x 81 cm.


Goebbels Gran Pez
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 157 x 200 cm.


Vecinos cooperando
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 114 x 146 cm.


Burroughs
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 146 x 114 cm.


  Pero, además de lo que esos referentes puedan sugerirnos, No llores por mi, Argentaria trata, es evidente, de pintura. Por eso resulta tan útil la mención a Francis Picabia, ya que puede hacer para el espectador las veces de bisagra, y dirigir el discurso de la serie hacia lo fundamental precisamente por tantos elementos narrativos -literarios, que alejan la obra de lo pictórico- como el surrealismo emplea en su labor, prescindiendo del lenguaje propio de la pintura, mejor dicho, adjudicándole una función subordinada, usándola para ilustrar fenómenos no estrictamente pictóricos. La posibilidad de especular en torno a personajes y títulos y complacerse en recuerdos, asalta provocadoramente, pues también eso puede hacerlo la pintura, y Fructuoso parece decirse: «¿Por qué no?», subrayando los aspectos gráficos como si lanzara un simpático guiño al observador. Sin embargo, en la galería de mitos que propone, a mi juicio, son los pintores: Picabia, Artaud, Malévich, Polke y Lissitzky, los de mayor peso. Para comprender cabalmente No llores por mi, Argentaria es preciso fijar en ellos el foco, porque, en realidad, lo que cuenta es la pintura. Picabia, Artaud, Malévich, Polke y Lissitzky, aparecen como coetáneos, en circunstancias similares a las que pueden envolver a cualquiera el día menos pensado. Miguel convive con ellos cotidianamente. Gracias a ellos y a otros muchos, sabe que la pintura puede representar pero también expresarse con su propio lenguaje. El recorrido histórico de escuelas, zonas y épocas del arte que desarrolla Polke en su obra, queda reflejado en estos cuadros al advertir los diferentes estratos de lectura que permiten. La base material es una selección nada inocente de fotografías impresas en tela sobre cuyas tintas el pintor contrapone retratos y situaciones aludiendo oportunamente a los aguafuertes de Goya. A la vez, despliega una fascinante paleta de abstracciones que ya no sirven a relato externo alguno, sino que plasman el lenguaje específico de la pintura, trazando geometrías, abriendo espacios donde colores, materiales y formas se comunican en su propio idioma jugando incesantemente, sin someterse a más referente que ellos mismos. Algo de lo que resulta complicado hablar pero que se siente con claridad, porque se basta a sí mismo para expresar lo que expresa, sin necesidad de nada más que de sí mismo.


Más burros españoles
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 146 x 114 cm.


Polke saltando y riendo
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 195 x 150 cm.

     
    Miguel da vida a esa naturaleza pintándola con pasión. Sabe que no es la anécdota, el relato o el retrato, sino la pintura, lo verdaderamente esencial. Por este motivo yo agradezco doblemente su trabajo. Porque además del placer que ha supuesto para mi encontrar estos lienzos y la alegría enorme que me han deparado, a través de ellos he descubierto a Polke y a Lissitzky, empapándome como en una fuente misteriosa de su excepcional magisterio, aprendiendo a ver más penetrantemente, librándome por fin de la estrechez de miras desde la que durante años me había relacionado con lo que yo creía la abstracción, para cambiar mis opiniones por un conocimiento más hondo y sutil de la pintura, que tanto placer y tanta sabiduría es capaz de ofrecer aún, a poco que el artista se decida y asuma la extrema dificultad que enfrenta.
    Añadir, por último, que el sentido del humor de Miguel es de la más rebelde ironía. Con espray rojo, amarillo o azul, al mismo tiempo que prosigue el repaso, la indagación y la experimentación gráficas y pictóricas, introduciendo una nueva técnica: el graffiti, ilumina de un fogonazo el negro predominante, riéndose a carcajadas, pero, sobre todo, adscribiéndose de manera libre y consciente, -aceptando voluntariamente la responsabilidad que ello conlleva-, a una tradición con fuerte componente crítico y satírico de la pintura española, tradición que le parece digna de defender y en la que, a la vista está, vale la pena seguir profundizando. Esa gratitud respetuosa, exenta de servilismo hacia la tradición, encuentra en la experimentación con estilos y formas de No llores por mi, Argentaria su expresión natural. Aparte de los nombres citados, cabe pensar en otros muchos, innumerables, porque Miguel no cesa de cultivar su curiosidad; junto a Polke, Malévich o Lissitzky, uno imagina a sus maestros y amigos de Murcia: Párraga, Cacho, Belzunce, Haro... 


Picabia vs...
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 100 x 81 cm.


Malévich en el INEM
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 146 x 114 cm.


El Lissitzky contemplando el panorama
Impresión digital, acrílico y esmalte sobre lienzo. 114 x 146 cm.




6/16/2013

Isonomía


   Si hay algo políticamente incorrecto ello tal vez sea, precisamente, el ejercicio del poder político por parte de los seres humanos. Algo que tiene más que ver con nuestras acciones que con los lenguajes o símbolos con que las representamos. Si algo sabemos del ser humano en el ejercicio del poder a lo largo de la historia, es de su inmensa capacidad para realizar desastres. Por eso tal vez lo idóneo no consista tanto en seguir experimentando nuevas formas de perpetuar ese dominio como en tratar de repartirlo entre todos al mismo ras para ver si así se disuelve. Para hacer esto posible, contamos con un instrumento al que se puede apelar ya, el referéndum, que según el artículo 92 de la CE de 1978 se aplicará a “Las decisiones políticas de especial trascendencia”, y que constituye una forma de gobierno exenta de privilegios. Es necesario abolir los privilegios legales. Si no somos iguales ante las leyes, las leyes nos castigan. Sería cuestión de someter a referéndum una nueva ley orgánica de desarrollo del mandato al que dicho art. 92 obliga en su párrafo 3º, el cual dice que “Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de las distintas modalidades de referéndum”, que desarrolla de manera restrictiva la vigente ley orgánica 2/1980, creando una modalidad de referéndum prácticamente irrelevante. Es necesario reformar esa ley orgánica 2/1980 y otorgar al referéndum su capacidad de determinar “decisiones políticas de especial trascendencia”, como la reforma del código penal (sometido a una silenciosa carnicería desde hace años), el régimen fiscal, la función del ejército, el catálogo de derechos, deberes y libertades fundamentales de los ciudadanos, la forma de Estado, etcétera.